Análisis

“COMPRAR, TIRAR, COMPRAR”

Este documental inicia con la reparación de una impresora en Barcelona, consecuencia de la obsolescencia programa. Dicho aspecto consiste en diseñar los productos con un ciclo de vida intencional y tuvo inicio en 1911 donde se anunciaban bombillas con una duración certificada de 2500 horas pero en 1924 los principales fabricantes acordaron limitar su ciclo de vida a 1000.

Esto se hacía con el objetivo de estimular la compra y al mismo tiempo aumentar la economía en una época afectada por la crisis; aunque las primeras pretensiones fueron buenas, las organizaciones no contaban con una política medioambiental acorde con esta práctica.

Actualmente, estamos en una sociedad de consumo dominada por una economía de crecimiento cuya lógica es crecer por crecer, intervenida por la falsa idea de búsqueda de la felicidad a través del consumo desmesurado. Una de las principales víctimas que sufre las consecuencias de la obsolescencia programada es Ghana (África), quien recibe constantemente toneladas de residuos electrónicos procedentes de occidente, que afecta no solo a sus tierras sino también a su salud.

Existe un tratado medioambiental que prohíbe enviar  los residuos al tercer mundo pero los comerciantes logran pasar la chatarra a través de la aduana haciéndoles creer que son productos de segunda mano.

En comprar, tirar, comprar, hablan historiadores, técnicos, profesores, diseñadores economistas e investigadores entre otros, y coinciden en que hay que poner fin a la economía del derroche y que se puede luchar con la obsolescencia programada replanteando la ingeniería y la producción de los productos.

“LIBERTAD EN LA RED”

Libertad en la red nos muestra la historia de la red, cómo impactó en nuestras vidas, cómo la libertad se extiende por la red y cómo cambio la noción de la propiedad, valor y experiencia. Con su nacimiento, Internet nos propuso un mundo de la comunicación sin fronteras, donde la información es compartida entre los usuarios y su acceso es rápido, sencillo y gratuito; dos mil millones de personas están online.

La red es una poderosa herramienta que abre acceso al conocimiento que creó una civilización del ciberespacio. Verdaderamente revolucionó nuestras vidas, cultura, comunicación y sociedad y fue creada para  ser gratis y libre; es un avance tecnológico que está definiendo nuestras vidas. El libre acceso a la información que jamás tuvimos, conecta  individuos, pero esta libertad no es tan genuina, pagamos un costo que es ser un producto de la web.

La red se presenta como amenaza y ayuda, opera más allá de los límites territoriales, posibilita evadir la censura y el estado no puede controlarla. La comunidad global está restando presencia a la idea de Estado o Nación, algunos estados están contraatacando y utilizan la red para sus propios intereses. Es  Internet  una herramienta poderosa contra los estados que quieren censurar; a través de las redes sociales los ciudadanos  pueden enfrentarlo, denunciar, como en China, cosa que antes no podía hacerse. Internet nos da libertad, nos da poder, para bien o mal, está en el criterio e intención  de cada uno utilizarla moderadamente.

“EL PRECIO DE LO GRATUITO”

El acceso a la mayoría de los sitios web es gratuito, podemos conectarnos, bajar  información, etc., pero el costo no es tan gratuito como se establece.  El  precio que pagamos es el de nuestras propias vidas, el producto somos nosotros.

La idea de gratuidad es una ilusión ya que lo pagamos dando información privada, que es muy bien utilizada por las organizaciones de publicidad  en el momento de conocer nuestros gustos y preferencias. Esta información la brindamos a través  de las redes sociales de forma indirecta,  ya que nos extraen información sin que nos demos cuenta, somos rastreados, escanean nuestro correo, o a través nuestras búsquedas, saben nuestros gustos y la utilizan para darnos la publicidad más adecuada.


La web se nos presenta como gratuita y es verdad descargamos documentos, videos, nos conectamos, pero en realidad estamos pagando con nuestra privacidad. La información siempre es poder en cualquier sector de la sociedad, lo que debemos es tener conciencia como usuarios, qué información damos, ya que queda en la red y puede afectar no sólo nuestro presente sino nuestro futuro, y en definitiva qué pueden hacer con nuestros datos. 

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